Si de algo estoy seguro es que, cuando pensé en hacer este blog, no se me pasó por la cabeza tener que hacer una entrada de presentación. La escribo y no para mi, sino para aquella oveja descarriada (¿sabéis que esto se dice por una parábola bíblica?) que haya acabado aquí y decidido leer esta mierda. Y no, no voy a estar todo el rato diciendo 'mierda' o 'caca', u otro sinónimo; sólo lo diré cuando sea necesario, como ahora para describir esta entrada. Hay veces que pienso porque sí, o porque veo algo y me hace reflexionar, o sucede cualquier asunto que me provoca algún sentimiento o pensamiento. Y, las últimas veces que me ha ocurrido, he sentido la necesidad de expresarlo. He ahí el fin de este blog. Y ya está. Sin más. O sí... Es decir, si cualquier mierdimiento (como habréis deducido, es una fusión entre pensamiento/sentimiento con mierda) os crea la necesidad de querer comentar algo al respecto, sed libres de hacerlo. He aprendido varias cosa...